La pandemia y sus consecuencias sobre las estrategias de venta de las editoriales españolas

Desde la presencia del COVID-19 el año pasado, muchas editoriales se han visto obligadas a cambiar su forma de difundir los libros. Tanto los escritores, como librerías, distribuidores y comerciales han tenido que aprender y adaptarse a las plataformas digitales para poder promocionar sus publicaciones y continuar con su negocio para evitar sufrir más pérdidas.

Los editores han tenido que diseñar y plantear nuevas estrategias donde el papel de la distribución, los desplazamientos y los objetos físicos siguen siendo importantes, pero esta vez están más acompañados que nunca de la tecnología: ahora se les intenta dar más importancia a los libros electrónicos o en formato de PDF, las plataformas de Streaming, la presencia de autores o artistas en charlas y conferencias por zoom, los audiolibros, las redes sociales, las páginas web optimizadas, el email marketing y las campañas de ads.

 

 

Estos cambios a la hora de priorizar acciones ya son visibles en grandes grupos editoriales como Penguin Random House y Planeta, cuyas estrategias para combatir a la pandemia han consistido en la creación de cabinas de grabación para elaboración de audiolibros. Por otro lado, esa no es la única forma de promover libros digitales, hay un mar de posibilidades en las redes sociales y en los portales de noticias culturales; la radio y la TV siguen siendo buenas opciones, los flipbooks ofrecen un valor añadido sobre los libros físicos, y el «boca a boca» en redes es muy eficiente: el público lector que gusta de leer ebooks hace caso de las recomendaciones que encuentra en redes sociales o prensa en Internet. 

Las presentaciones virtuales de libros a su vez son una forma innovadora de promocionar los libros. Tener a grandes autores que no pueden viajar y que aceptan conversar por Zoom con sus lectores permite hacer de este tipo de eventos algo próximo y memorable, y la gente que no compra el libro físico, puede obtenerlo mientras presencia la charla del autor con tan sólo abrir una ventana en su navegador, en su ordenador, móvil o tablet.

Por otro lado, dar a conocer las publicaciones a las librerías a través de la grabación de vídeos y podcasts también se ha convertido en una opción muy válida y agradecida para promocionar las novedades a los libreros sin necesidad de tener un contacto físico, algo necesario después de meses con las librerías cerradas.

 

 

Los libros se han salvado relativamente de la crisis gracias a la mejora del índice de lectura registrada durante el confinamiento y mantenida posteriormente, y al apoyo a los establecimientos locales. Así, el número total de lectores frecuentes ha crecido un 15% durante la pandemia, pasando del 50% de la población lectora al 57%. 

Por lo general, las grandes editoriales han afrontado la pandemia con estrategias rápidas y eficaces que les ayudan a adaptarse a la situación, ofreciendo apoyo a los lectores que viven el encierro mientras siguen promocionando nuevos productos. 

 

 

Otras editoriales más pequeñas o independientes, orilladas por la incertidumbre económica, han decidido pedir apoyo a través de fondeadoras o donadoras, aunque en este caso siempre sería mejor generar nuevas estrategias y cambiar la forma en la que trabajan para poder adaptarse a las nuevas circunstancias. Por supuesto, esto es más fácil decirlo que hacerlo, las editoriales que antes de la pandemia tenían fondos más niche, temáticas relacionadas con viajes y movilidad, o que simplemente no tenían una base consolidada de negocio online les costará más esfuerzo y tiempo adaptarse y encontrar soluciones a esta realidad.

El panorama no es sencillo. La pandemia ha afectado fuertemente al sector del libro en todos los países del mundo, pero al fin y al cabo, la crisis de la industria editorial solo puede arreglarse con estrategias. Encontrar maneras de enfrentar la situación a través de la observación de lo que hacen otras empresas con problemas similares, no sólo editoriales, leer blogs, artículos, mantenerse informado y actualizado de las novedades y programas tecnológicos y descubrir cuál es el valor real de los productos que uno tiene para saber cual es la mejor forma de hacer que el cliente llegue a él teniendo en cuenta la situación actual.

 

 

Ahora, en 2021, los eventos claves para el mundo del libro siguen siendo Sant Jordi o el Comic Barcelona, que se intentarán celebrar con las medidas de seguridad necesarias, pero todavía queda mucho para que vuelvan a ser como los de 2019. Para estar más preparados para el año que viene, muchas personas sugieren que las librerías se declaren como comercios esenciales y evitar así que el hambre de libros que se vivió durante el confinamiento se vuelva a repetir.

¿Qué piensas sobre eso? ¿Consideras que las librerías deberían mantenerse abiertas en caso de que vuelva un confinamiento completo?

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